LA ASPIRINA

Recogemos algunos artículos de interés


Jueves, 04 de Septiembre de 2003
MUNDOSALUD.COM

Si utiliza aspirina para prevenir patologías cardiacas y al mismo tiempo emplea otros antiinflamatorios para reducir el dolor debido a una artritis u otras enfermedades, debe saber que el riesgo de sufrir un infarto no se evita. El motivo se encuentra en que los segundos fármacos neutralizan los beneficios del ácido acetil-salicílico, según concluyen los resultados de un estudio.

Investigaciones previas habían sugerido que los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), distintos a la aspirina, bloquean el efecto protector del ácido acetil-salicílico, pero ésta es la primera vez que un estudio se ha centrado en el riesgo de un primer infarto de miocardio. Los investigadores han mostrado ahora que la aspirina no protege contra un primer ataque cardíaco en los consumidores habituales de otros AINEs, cuando estos fármacos se han tomado 60 o más días en un año. No obstante, aquellos que empleen estos AINEs de forma intermitente todavía reciben el efecto benefactor sobre el corazón.

El estudio, llevado a cabo por médicos del Hospital Brigham and Women de Boston, Estados Unidos, ha sido realizado con los datos del Physicians' Health Study, en el que más de 22.000 médicos varones sin antecedentes de enfermedad fueron asignados a dos grupos. En uno, se administró 325 miligramos de aspirina y en el otro, un placebo o sustancia inactiva cada día.

Se realizaron entrevistas anuales cada año a todos los participantes para conocer su consumo de aspirina y otros AINEs y si habían sufrido un infarto. El ensayo se interrumpió antes de tiempo, en enero de 1998, después de cinco años debido a que se detectó que el empleo de aspirina redujo el riesgo de un primer infarto de miocardio un 44%.

Se piensa que la aspirina reduce el riesgo de infarto al unirse a una enzima llamada COX-1, que favorece la formación de coágulos en la sangre y bloquer su acción. Los otros AINES impiden al ácido acetil-cisteína ocupar ese sitio por lo que se reduce así su efecto protector.

"Nuestro estudio –publicado en la revista 'Circulation'– ofrece más evidencia de que al consumir regularmente antiinflamatorios no esteroideos, distintos a la aspirina, puede no ofrecer los beneficios clínicos observados con el ácido acetil salicílico", explica Tobias Kurth, principal autor del trabajo.

Además, estos investigadores han anunciado que van a seguir investigando sobre si ese bloqueo también puede producirse cuando se consumen inhibidores de la COX-2 junto con aspirina, aunque piensan que no deben interferir, se remiten a los futuros resultados.

Viernes, 27 de Junio de 2003 Actualizado a las 21:16 h
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CORAZÓN : ASPIRINA, ÁCIDO FÓLICO...
Un 'combinado' para prevenir el infarto

Una píldora compuesta por una mezcla de aspirina, ácido fólico, un fármaco para reducir el colesterol y otros tres para disminuir la tensión arterial podría bajar en más de un 80% el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Un grupo de investigadores británicos, tras revisar cientos de estudios sobre el tema, afirma que, de llegarse a fabricar, este medicamento administrado a personas que ya hayan sufrido un ictus o a las mayores de 55 años podría evitar muchas muertes.

No es algo nuevo, esta teoría ya se publicaba en abril de 2001 en el suplemento de SALUD y en nuestra web pero no está mal que nuevas investigaciones vuelvan a insistir sobre el tema. Uno de los principales problemas estriba en el hecho de poner de acuerdo a varias compañías farmacéuticas para comercializar todas juntas un mismo producto, realmente algo complejo, y por otro lado, como afirma Anthony Rodgers co-director de la unidad de Investigación de la Universidad de Auckland en un editorial de la revista 'British Medical Journal' (BMJ), «todavía se necesita un amplio debate sobre el empleo extensivo de medicación preventiva, especialmente entre las personas sin síntomas de la enfermedad».

En el mundo desarrollado, el 41% de los fallecimientos se debe a un problema vascular, el doble casi de los que causa el cáncer. Uno de los grandes muros con los que se enfrentan los médicos al tratar a sus pacientes con este tipo de patología es el cumplimiento del tratamiento, algo comprensible porque, imagínese que para controlar la tensión arterial debe tomar dos tipos de fármacos como mínimo, para prevenir la formación de placa de aterosclerosis otro más, la aspirina sin falta para conseguir una buena fluidez de la sangre, y muchas más cosas. En fin que al final del día es fácil que alguna pastilla se le haya olvidado o que sienta verdadera 'repulsión' por estos medicamentos. Sin embargo, está demostrado que funcionan y que unidos a una dieta equilibrada y al ejercicio diario pueden prevenir las enfermedades cardiovasculares.

El profesor Nicholas Wald del Instituto de Medicina Preventiva Wolfson en Londres y Malcolm Law de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda están de acuerdo en apostar que una combinación de fármacos y vitaminas podrían ayudar a prevenir la enfermedad cardiovascular con muy pocos efectos secundarios añadidos. A estas conclusiones han llegado tras revisar 750 ensayos clínicos que incluían a más de 400.000 pacientes.

Las cifras hablan por sí solas, tras analizar todos los datos, estos expertos concluyen que el combinado de fármacos podría prevenir el 80% de los accidentes cerebrovasculares y el 88% de los infartos de miocardio. Cada componente de la píldora reduciría uno de los cuatro grandes factores de riesgo vascular (colesterol LDL o 'malo', hipertensión, homocisteína elevada y función plaquetaría alterada o mala coagulación). Con estos efectos, una de cada tres personas podría beneficiarse directamente y ganar de 11 a 12 años de vida gracias a esta terapia.

Aunque se estima que un 10% de la población no tolerará la pastilla, como son los enfermos de asma, los alérgicos a la aspirina o aquellos que no admiten los antihipertensivos, cada uno de estos medicamentos por serparado ha sido ampliamente utilizado en la práctica médica desde hace más de 10 años con una gran evidencia de seguridad y eficacia. Por este motivo, los autores de este trabajo, también publicado en 'BMJ', dicen que el combinado podría tomarse sin necesidad de un examen médico y añaden que ya es hora de terminar con la idea de medir y tratar de forma individual cada factor de riesgo. «Ninguna otra medida preventiva podría tener un impacto tan grande en la salud pública del mundo Occidental», concluyen estos expertos.

Sin embargo en el editorial, Anthony Rodgers dice que aunque ya hace más de una década que se propuso esta estrategia por primera vez, son necesarios ensayos clínicos donde se demuestre la eficacia de este combinado y un debate entre los profesionales de la salud y la autoridades reguladoras para sopesar los beneficios frente a los posibles efectos secundarios que puede ocasionar esta píldora sobre todo entre las personas sanas. No obstante, incide en que esta medida es una estrategia que no requiere de muchos gastos, pasado el tiempo de patentes sería incluso un tratamiento muy barato, que unido a una dieta baja en sal y el abandono del tabaco, podría suponer un gran beneficio para la salud de la población.
 

Sábado, 29 de Junio de 2002, número 486
ELMUNDOSALUD.COM

GASTROENTEROLOGIA
Aspirina combinada con antiácidos para proteger el corazón y el estómago
ANGELA BOTO
 

Se dispone de una extensa evidencia de la eficacia de dosis bajas de aspirina en la prevención de trastornos cardiovasculares. Sin embargo, esta estrategia terapéutica presenta un importante inconveniente que limita su uso. Se trata del incremento del riesgo de sufrir complicaciones gastrointestinales y sangrado. Un grupo de investigación chino parece haber dado con el modo de evitar los efectos secundarios asociados al uso del ácido acetilsalicílico (aspirina) a largo plazo.

El tratamiento propuesto por estos científicos comienza con la erradicación de la bacteria que se considera responsable de la aparición de la mayoría de las úlceras, 'Helicobacter pylori'. Una vez curada la lesión gástrica y eliminado completamente el microorganismo, el paciente reanuda su tratamiento cardioprotector añadiendo un antisecretor gástrico que inhibe la producción de ácido en el estómago. De este modo, se consigue una reducción relativa del riesgo de recaída del 89%.

Los pacientes con úlceras sangrantes presentan con mucha frecuencia una infección por 'Helicobacter pylori'. Además, la presencia de la bacteria en el tracto digestivo se considera un importante factor de riesgo para las hemorragias gastrointestinales.

Por otro lado, estudios anteriores parecían indicar que el consumo de antisecretores reducía las complicaciones gastrointestinales asociadas a aspirina.

Los autores del trabajo publicado en la última edición de 'The New England Journal of Medicine' se propusieron determinar si los efectos del fármaco sobre la mucosa gástrica eran menores cuando además de eliminar la bacteria, se añadía un inhibidor de la secreción de ácido. Para ello seleccionaron enfermos que ha- bían desarrollado úlceras tras estar en tratamiento durante, al menos, un mes con dosis bajas de ácido acetilsalicílico.

Los 123 enfermos elegidos fueron sometidos a la erradicación de la infección bacteriana mediante cócteles de antibióticos. Tras este procedimiento, se comprobó que la úlcera estaba completamente curada y a continuación, los pacientes se distribuyeron de forma aleatoria en dos grupos de tratamiento. A todos se les administraron 100 mg de aspirina al día.

Un grupo de 62 individuos recibió además 30 mg de lansoprazol, un antisecretor de la familia de los inhibidores de la bomba de protones de la que también forma parte el omeprazol. A los 61 pacientes restantes se les dió un placebo, compuesto sin actividad terapéutica.

Durante los 12 meses que duró el seguimiento de los participantes se detectaron nueve episodios de sangrado gastrointestinal entre los pacientes que estaban recibiendo placebo y sólo uno en el grupo de tratamiento con lansoprazol.

Traducidos a porcentajes, los resultados indican que el riesgo de tener una recaída de la úlcera durante la terapia preventiva con dosis bajas de aspirina es del 14,8%. Sin embargo, este porcentaje desciende hasta el 1,6% cuando se introduce además un antisecretor.

Los autores indican en las conclusiones del trabajo que el alto grado de reaparición de las lesiones gastrointestinales que se ha observado en el grupo de individuos que no recibía el inhibidor de la bomba de protones demuestra que aspirina, incluso a dosis bajas, presenta una acción ulcerogénica persistente.

Puesto que aspirina se emplea también en el tratamiento de pacientes con artritis reumatoide, los científicos proponen continuar esta línea de investigación y ampliar el estudio de la protección gastrointestinal de la combinación con antiácidos en esta población.


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