Diseñan "naves" microscópicas para reparar lesiones dentro del cuerpo.




ABC Ciencia - 29.3.2002    

J.M.F. - R

Investigadores de la NASA anuncian que tendrán el tamaño de una célula

Desde hace meses, un equipo de investigadores coordinados por expertos de la agencia espacial estadounidense (NASA), trabaja desde diversos centros en el diseño de diminutas "naves" del tamaño de una célula humana. El objetivo del proyecto es introducirlas en el torrente sanguineo y, de esta forma, reparar las lesiones que se hayan producido en distintos órganos.

Aunque pueda parecer ciencia ficción, se trata de un proyecto muy ambicioso. Si tienen éxito estos dispositivos, de sólo unos centenares de nanómetros ( un nanómetro es una millonésima de milímetro) se avanzaría considerablemente en la exploración de Marte y la permanencia durante largo tiempo de los astronautas en el espacio.

Aunque las aplicaciones espaciales serán el principal objetivo de los investigadores, estas diminutas "naves" tienen un papel potencial en diferentes campos de la biomedicina, especialmente en el tratamiento del cáncer. "Pretendemos introducir las 'naves' en células individuales y repararlas", explica James Leary, de la Universidad de Texas y miembro de este equipo de científicos del que también forman parte Stephen lloyd y Massod Motamendi, de ese campus y los profesores Nicholas Kotov y Yuri Lvov, de las Universidlahoma y Luisiana.

Este proyecto se orienta hacia un problema relacionado con la aparición del cáncer, fundamentalmente por altas dosis de radiación que experimentan los astronautas en el espacio al abandonas el "paraguas" protector del gigantesco campo electromagnético que rodea la tierra.

Los expertos subrayan que nisiquiera los materiales más avanzados, utilizados para protegerse de la radiación en las naves espaciales, son capaces de aislar completamente a los astronautas de los peligros que conlleva la alta energía en el espacio.


Transduccción de Señales
Estos fotones y partículas atraviesan sus cuerpos como balas infinitesimales. Así, cuando el ácido desoxiribonucleico (DNA = ADN) recibe daños como consecuencia de la radiación, las células sufren una importante alteración, dando lugar a la aparición de carcinomas.

Una simple inyección con una aguja hipodérmica puede liberar miles o millones de estas diminutas cápsulas dentro del torrente sanguineo. Una vez allí, las nanopartículas aprovecharán el sistema de señalización celular del organismo, conocido como sistema de transducción, de señales para encontrar las células que han sido afectadas por la radiación.

Los científicos recuerdan que los billones de células del organismo se identifican y comunican entre sí a traves de moléculas complejas que se encuentran situadas en sus membranas exteriores. Estas moléculas actúan como señales químicas para comunicarse con ótras celulas y controlar la entrada, en cada célula, de moléculas en el torrente sanguíneo.


Molecular fluorescentes
Leary explica que cuando las células son dañadas por la radiación producen marcadores de una clase específica de proteinas denominadas "CD95" y las sitúan en su superficie exterior.

Las "naves" microscópicas pueden ser una solución a este importante problema. Si el daño originado por la radiación es considerable, estos dispositivos podrían entrar en las células dañadas y liberar enzimas que - segun Leary - iniciarían una secuencia autodestructiva de la célula. En el caso en que el daño no fuese muy extenso, podrían distribuir esas enzimas reparadoras de DNA para reparar la célula.

Este equipo de especialistas también están analizando la posibilidad de adherir moléculas fluorescentes a las nanonaves, que podrían se diseñadas específicamente para iluminar ciertas etapas del proceso, empleando incluso diferentes colores, para monitorizar el trabajo que desempeñarían estos diminutos dispositivos en el organismo


Recomienda este página a: