A m a n e c i ó

Hoy amaneció antes
Abrí mis ventanas de par en par.
El cielo se mostraba tranquilo y su color púrpura lo hacia más bello.
El viento movía las hojas caídas en el suelo
y un aroma a libertad entró dentro de mí
Hasta mis oídos llegaba el sonido de su voz.
Era tan potente que por un instante rajó los velos de mis pensamientos
y por primera vez no sentí miedo ni mi cuerpo se estremeció.

Hoy, después de tantos años por primera vez lo vi llorar.
Vi sus labios temblorosos y su mirada profundamente aletargada.
Hoy después de una larga espera no eran mis lágrimas,
las que rodaban por mis mejillas.
Ni era mi piel, la que se partía.
Mi corazón se sintió vengado, pero sin odio en su interior.
Me acerqué sin mediar palabra.

Pues lo vi como jamás lo había visto nunca,
embravecido de dolor y con su orgullo herido

Al ver él que mis ojos hoy no lloraban, ni expresión tenían
de miedo, que él tanto conocía...
Un grito ahogado salió de su garganta y su voz quebrada me dijo:

"¿Por qué no te quieres ya bañar en mis aguas,
por qué no besas mis labios y quemas con los tuyos mi alma,
por qué no dejas que mi cuerpo te tape como si fueran tus sábanas?"
"Mira, el tiempo pasó y nos tiñó junto de canas.
Dime qué hice que ya no me quieres, que no me amas.
¿No ves que mi vida sin ti no es nada?
Deja que conquiste de nuevo tu corazón,
que muero de amor y tu no haces nada."

Mi mirada se perdió en el silencio de su mirada.
Sus palabras como un látigo tocaron mi piel.
Pero no dejaban huellas en mi alma.

Amar - 15.07.2004