ANDABA

Andaba por los caminos oscuros de la vida
mi caminar se hacía cada vez más penoso
mis piernas y mis manos cada vez me pesaban más

Desgarraron mi piel las hienas
Y mi carne al rojo vivo lloraba de dolor

Andaba sin rumbo, sin saber donde yacería mi cuerpo
mi mente, aturdida y cansada
y mi alma despojada de sus vestidos

Reír, ser feliz decía mi mente que sería eso
Dos años viviendo en el abandono
al filo de los acantilados de mi corazón

Debajo de un árbol me senté
sus hojas al caer, suavizaban las llagas de mi carne
el dolor no me importaba, solo quería que la noche pasara de largo
tenebrosa y oscura

Que el sol saliera y que esta roja piel se cicatrizara con sus rayos

Abatida te vi llegar a ti, el dueño de la tierra que estos pobres pies pisaban
me ofreciste agua de un arroyo claro
pan de una harina fina
y la dulzura de tus colmenas

A las fuentes de tu sabiduría me asomaste
no me preguntaste de donde provenía
ni en qué cárcel dejé mis cadenas

Mis harapos no te importaron,
ni desconfiaste de mi silencio, de las sombras que me rodeaban

Viste que más allá de mi amargura,
de ésta que yacía frente a ti
aún respiraba una pobre vida

Yo existí para ti
y en las piedras de tu casa me diste cobijo

Amar - 17.09.2003