En el decline

En el decline de la vida
cuando todo parece perder su color
cuando todo se vuelve un esperar
son los segundos, los minutos
el hilo que nos retiene

Miras a tu alrededor y piensas
¿Qué es lo más valioso que he dado
en toda mi vida?
¿Qué recaudé en mí de los demás?
¿Qué di a esos que me pedían?
Abres tu cofre y no hay nada

Cuando ese respirar cuesta tanto,
cada día, al levantarte, piensas
¿Qué día será el que las nubes me arrastrarán
a las fronteras del más allá?

Miras al cielo y ves que las estrellas
alumbran un camino que tú no sabes coger

Dejas tus ventanas abiertas cada noche
y el viento mueve las cortinas de tu alma,
puede que sea el último alba que vean
tus ojos cansados

Las colinas del cielo se abren,
un trotar se acerca,
y tú, en un silencio súbito,
te haces y te preguntas quiénes son

Te estremeces
quieres correr de tu destino
esconderte en lo más hondo de ti

Tus ojos van y vienen buscando en las tinieblas
lo que tu cuerpo siente
y tus manos temblorosas no alcanzan a tocar
el miedo que se desliza en tu casa

Los latidos de tu corazón que era un corcel
van languideciéndose en la espera,
tu alma, que es tu centinela
le dice a tu mente que esté alerta

Amiga, compañera, no temas
son ellos los jinetes de la vida
que apagan tu vela

Dejarán tus huesos en esa cama que te ata
que tantas lágrimas te crean,
en el lecho de tu vida ya no estará tu presencia
Dame la mano y confía
que el alba llega.


En este trozo de mi playa

En este trozo de mi playa
se extienden tus brazos cual sábanas blancas

Tu corazón ama a los mares
que te rozan cada mañana
Tus cabellos son redes
para mis manos cansadas

Tu cuerpo
vela de esperanzas que alzas

Cada alba
se escucha a tu alma
en las fibras de una guitarra

Y esos pies de arena, que descalzo arrastras
mojados están de lágrimas
de esa niña que dentro de ti canta
tanguillos a las estrellas
soleares a la luna clara

Las nubes tapan tu cuerpo
que silencioso arrastras por la playa,
mientras esos vientos enamorados
que por ti
se deslizan
tu nombre
¡Caleta!
exclaman.



EN LAS JAMBAS

En las jambas del cielo
cada noche aparece entre velos.
Su alma, pura y blanca
se extiende acariciando mi cuerpo

Mi voz que hasta ella se alza
le susurra y le habla:
Dama de la noche ¡mójate en mí!
navega en mis cálidas corrientes

Déjame acariciar tu cara
estrechar tu cuerpo
con estas manos saladas

Que cuando el día llegue
y la noche se vaya
quede tu olor
en mi orilla clara

En la jambas del cielo
la luna
cada noche aparece entre velos
llorando sin consuelo

Venga, mi niña, no llores
que el día llega y nos separa
con un triste beso.
¡Hasta mañana!



Enfadado se despierta

Enfadado se despierta
su rostro lívido se encrespa
despereza su cuerpo
enrollando los azules dorados
que el sol pintó a su salida.

El viento hace en su cuerpo volantes
que como dagas se clavan
en la arena de la playa

Sus ojos, ni azules ni verdes,
taciturno anda
esperando que ella se haga de plata
y en sus aguas se meta
como todas la noches de luna clara.

ENJAULADA

El sol se escondía
tras los umbrales de mis murallas
la luna nunca crecía
las nubes no pasaban...

Mi vida en una jaula de plata
dormía y callaba
el viento de las circunstancias
derribó mis murallas
y me mostró mi alma sentada
en los acantilados de mi existencia atrapada

Y pasó por mis ojos cual ráfaga
mi vida vacía
sin hacer cosas que me gustaban...

En un instante se alborotaron mis sentidos
mi mente loca me gritaba
¿qué hice para que cortaran mis alas
y no volar lejos de esta nostalgia
que me devora y mata?

Mi corazón rompió en lágrimas
y mis manos se mojaron de la nada
la luna que me miraba me dijo:
Amar es ahora tu nombre
ve y conquista tierras lejanas...
dile al mundo que detrás de esas cortinas rajadas
aún hay vida y esperanza

Y corrí, salté de rama en rama
el viento me alzó cual paloma blanca
hasta la copa del árbol,
donde me refugió en la distancia
Sus hojas son perennes,
sus ramas, las más altas
Él me nutre de ilusiones
de carencias que me faltaban

Mis frutos no son manzanas
ni peras, ni naranjas
son letras, sílabas y palabras
que forman este cuerpo,
que le crecieron
raíces y buena savia,
que a veces débil se arrastra
tras colinas de canas blancas
implorando que la escuchen, que la salven
de tanta confusión aletargadas

Era julio

Era julio,
el cielo lucía dorado, esplendoroso
y las nubes habían emigrado
El resplandor del sol cubría el mundo
que se volvía para mí
solitario
frío y desahuciado

Los rayos iluminaban la habitación
donde te apagabas a la vida,
donde tus ojos poco a poco se dormían.

Era julio
y el sol lucía resplandeciente,
de tu frente emanaban gotas sin vida
mis manos, pañuelo de esa agonía
secaban el hilo que nos unía.

Tus suspiros atrapé en mi corazón
y mi alma lloró
mientras tu vida se alejaba
y la libertad tu cuerpo encontraba
en el cristal de ese resplandor

Mi vida se quebró
era julio
y el sol lucía
Tu alma, ya en tu eternidad dormía
y en los rayos del sol guardé
el amor por ti, Padre
hasta abrazarte en la otra vida





Espejismo

Me pregunto si en cada estrella hay un alma,
si será verdad que las nubes están hechas de besos
si el horizonte se ilumina de deseos
o en los rayos del sol hay un corazón lleno
o tan solo será lo que veo un espejismo
de lo que no tengo.



ESTOY ENAMORADO

Estoy enamorado de tu sonrisa, de tus manos que pacientes me acarician en los días de angustias.

Estoy enamorado de tus ojos que como estrellas me iluminan en las noches convertidas en vigilias.


Y de tu cuerpo estoy enamorado, él es la fuente de mi vida, de él bebí en mi juventud y en mi vejez me refresco cada día.

Estoy enamorado de tu voz
que susurra mi nombre
como cuando eras casi niña… y te encontré sentada en la puerta de mi vida sin saber qué hacer con tus flores
llenas de vida.

Sus olores fueron mi esencia, sus colores, las sombras que al amor
se abrían al deseo que de mi surgía.
Estoy enamorado de ti y lo estaré siempre mientras viva





FLORES EN MI PECHO

Me pregunto por qué
estas flores que hay en mi pecho
ardientes de amor hoy lloran,
me pregunto por qué no afloran

¿Acaso están encerradas
entre las olas del mar de mi amor?
Quizás se ahogarán, se secarán
pero aún en las cenizas
del ayer, del mañana
en el infinito donde las almas se esperan
sé que te amaré.

Sus pétalos de colores se secarán antes del amanecer
me pregunto, amor,
si será verdad que en cada estrella
hay un alma
si en cada nube hay un beso
si en cada rayo de sol hay un corazón lleno

Tus flores se abren y se deshacen en suspiros antes de inundarme con su aroma

Cántame ¡oh viento del amor! en la ventana de mi primavera,
dile al cielo que mande hojas nuevas para estas flores que se secan

Quiero ser la rosa de tu jardín, tu verano carmesí,
tus inviernos llenarlos de alhelí
y ser tu vida, que es como un jardín que se extiende más allá de mi existir
en este mar lleno de amor, que aún naciente, muere entre olas de lirios
que la tierra engendró para mí
Sé que mi alma te esperará en los límites de mí







Harén

Entre los lumbrales de mi harén pude ver
que detrás de estos muros un mundo había
y lo quise conocer

Con los ojos de mi mente soñé
que el cielo cubría el color moreno de mi piel
y en el pañuelo que la luna me ofrecía
guardé los sentimientos que corrían por mi ser

Qué de cosas pude con mi mente hacer

Volé en una estrella a sitios donde podía crecer,
sin límites, ni rigidez

Hoy, después de vencer estos muros
y conquistada mi timidez
lloro y grito al cielo por mantener mi fe
sin perder la libertad que en otra tierra hallé

Con estas letras, parte de mi niñez,
quiero defender el coraje, la lucha
y el llanto de nacer mujer
entre los muros de un harén





Echo

Echo de menos tus corrientes de agua
anhelo el susurro que en ellas traías
tu voz surcaba los vientos
de tus manos nacían flores
para mi orilla sombría

Echo de menos la vida
que en tus corridas traías
sentir en mi interior las caricias
que como afluentes crecían

Sentarme en la orilla, mojar mi piel
del amor que tus aguas esparcían

Echo de menos tus corrientes de agua
que mojaron un día la orilla mi vida


Hoy amanecieron oscuros

Hoy amanecieron oscuros mis rincones
sólo la pobre luz de una lámpara, en un rincón de mi alma
me decía que la vida aún por mi andaba

Iluminaba la habitación de este cuerpo
que silencioso caminaba
por la sombras de mi casa
por los senderos que de piedras se cerraban

Qué tenebrosas son las entradas a los pasillos
donde la mente tiene su morada
donde el contacto con los demás se acaba
cuando la entrada hace años que nadie la destapa

La soledad se adueña
y se desliza callada
Se vuelve cenizas
Y en los espinos de su entrada
enganchadas en ellas
quedarán mis alas







Mi Mar


Mi mar es como una bata de cola abierta al sol
abanico de colores son sus aguas
y en sus volantes, las golondrinas se bañan de amor

Mi mar se hace ventana del cielo
donde la luna en las noches consuela sus deseos
donde los astros guardan su corazón

Mi mar es como un campo en primavera
donde los girasoles pintan su color
y la lluvia lo serena









La rosa que hay en mí

La rosa que hay en mí,
latente de amor agoniza,
llora, se deshoja cada noche al no sentir tus caricias

Me da miedo que sus pétalos
caigan de mi pecho sin saber qué es el roce de unas manos
llenas de amor, de ternura

La rosa de mi primavera
que prendió en sus espinas
mis ansias de llenarme de ti
se secó cuando el viento se llevó tu voz







Las campanas

Las campanas repican
que hay muerte cercana
El viento arrastra mi sangre
que salpica la tierra donde mi niñez habitaba

Ante esta lluvia, teñida de ira
me pregunto si me quiso algún día
Si no fue así, ¿por qué me dio la vida?

De sus labios ya no salen besos para mí
ni de sus manos nacen caricias
de mármol es su mirada
porque se volvió amarga su sonrisa

Escuchad las campanas
que a muerte repican

Ve y cállalas madre
que ya se acerca el día

Las palabras







Las palabras son páginas que golpean la mente

que cabalgan a todas horas por ti
A veces, sembradas en la madurez
donde ya no existe la rapidez.

En un mar silencioso y transparente
se hace orilla taciturna
y duermen
sus lienzos caen y se llenan de vida,
y en el mar de una pluma navegan
surcando aguas de verbos y de sinónimos.

Las palabras son sonidos
que se unen en las cuerdas de la mente
componiendo líneas de vocales y consonantes
con signos de puntos y comas
para hacerlas según plazca más interesantes.

Entre láminas blancas hacen su estela brillante
y en ella dejan su huella para la humanidad
En las hojas de papel los adjetivos no pasan
el tiempo los sella guardando su belleza, su fealdad.

Colores o formas, también en las láminas de papel
se guardan las expresiones de dolor, risa y amor
esos sentimientos que las palabras marcaron un día
que es pasado y algunos dicen que son mudas y no existen.

Pero en cada línea está la vida y la historia de alguien.
A veces se levantan como velas sus hiatos
agravando su tono para que las vean
pero entre láminas se quedan encerrados, callados
hasta que alguien de nuevo los pronuncie.

Las palabras son difíciles de entender
aún con el mismo significado al leerlas
su sonido se agudiza diferente en los oídos
a cada persona le fascinan de una forma diferente sus atributos
las vocales y consonantes son el ejército del papel
y con la espada que es la ortografía
combaten el analfabetismo

Muestran su vivacidad y creatividad
al saber unirlas, tú las haces participes de ti
Con los complementos de lugar podemos viajar con ellas
Con los complementos de tiempo podemos marcar una era
y cuando sabes leerlas el lenguaje se hace más exquisito en ti
y puedes crear con ellas cosas bellas





Llegaste

Sabes
creí que tu llegada se retrasaría
que aún no era tu tiempo
Es tan joven tu madre, mi hija,
uno de los amores de mi vida

Pero el cielo y la tierra se fundieron
y tú te escapaste de una estrella.

Recorriste un largo camino para escoger
la flor más bella para dormir
Sólo unas semanas que tú existes
y has revolucionado mi casa
nos has hecho llorar, reír.

No tienes nombre ni rostro
pero lates, te aferras a su vientre
te escondes en su útero
y te abrigas con su piel.

Sin querer ya eres parte de mi tierra
nuestros genes van unidos
y pasarán de generación en generaciones
germinando otras vidas de color.

Cuando me enteré de que llegabas
mi alma se cuajó como el agua cuando hace frío
Sentí que un hielo cortaba mi respiración
y mi corazón de madre era atravesado
dejándome inmóvil delante de mis pensamientos.

Nuestras miradas se cruzaron
y nuestros ojos se dijeron: te quiero
Y de nuevo sentí
como si ella, tu madre,
estuviera otra vez dentro de mí.

No sabía si sería buena o mala tu venida
pero una parte de mí me decía
que un lazo fuerte se tejía entre las dos.

El quererte era algo imposible en ese momento
egoístamente sólo pensaba en mi hija
no quería que la hicieras sufrir.

Tú invadías mi flor más preciada
te apoderabas de mi gran tesoro
rajabas su cielo adolescente
usabas su tierra fértil
y a la vez tan joven para florecer.

Ya estás aquí, invisiblemente,
aún no sé
si serás hombre o mujer
sólo sé que estás en ella,
que tu corazón late ya,
que te alimentas de su sangre,
que es parte de la mía.

Y una parte de ti también está en mí,
porque ella es mi hija
Sé que la has invadido en plena primavera,
tu aroma hace florecer su fecundidad
sus pechos se hacen fuente para ti.

Veo en cada movimiento, en cada gesto
que rebosa felicidad.
Su mirada se aleja de este mundo
y sé que es para hablar a solas contigo,
para decirte que debajo de esos días de lágrimas
ella siempre te ha querido,
que tan solo era miedo…

¿Sabes? Tú la has llenado de ti
como ella llenó mi vida a mí.

Ahora sé que con el tiempo te querré









Lo veo

Lo veo tan enormemente sensible
tan caballero, tan dulce y a la vez tan luchador
que le amo por todo eso

Amo su inmensidad, su voz ronca
que llega y toca mi corazón
que me inquieta, me despierta en la noche
y me dice: ven que te espero

Amo sus olas que llega a mi solitaria orilla
silbando mí nombre,
besando mis pies
que lo esperan cada día

Sus manos cálidas son las aguas que refrescan mis ansias

Me gusta el verdor de sus ojos a la salida del sol
más aun me gustan en la oscuridad de la noche,
brillan sobre los míos
y me dicen, te amo

En sus turbulentas aguas me sumerjo
entre sus corrientes me refugio
en ellas me siento tan feliz que me dejo llevar,
son tan suaves que me hacen sentir mujer

Quiero pertenecerle eternamente
lo amo por la fuerza de sus brazos cuando me abraza
por su cuerpo ágil cuando me rodea
su aroma me seduce, es mi perfume

Amo a mi mar porque se lleva mi soledad
porque seca mis lágrimas y las hace de sal
porque se lleva mis huellas a los arrecifes del olvido
porque me hace sentir libre

En su orilla nace el filo de mi piel
amo a mi mar, porque soy parte de él







MI CASA

No sé cuanto tiempo llevaba mi casa
sombría y con las luces apagadas
en su entrada, macetas secas y deshojadas
sellan la belleza que dentro de ella se derrama.

¿Quien cerró mis ventanas a la luz?
¿Por qué las sábanas de mi alma están de la vida empapadas
¿Acaso mis manos no son cálidas?
¿Por qué la humedad toca mis huesos
y como crisálida me aletarga?

Hace tanto que no ven mis ojos la luna clara
entrar por los barrotes de mi casa
ni nacer el sol una mañana
que noto salir lágrimas que marcan
la senda de un río de aguas que callan

Escucho gritar a mi garganta
mi voz ronca se ahoga en ella
y mis labios temblorosos al cielo claman:
¡Que un rayo de sol hoy raje al alba!
que cese esta oscuridad
que poco a poco me consume y mata
No quiero ser cenizas, rescoldo de candelas apagadas
o tan sólo en invierno escarcha







¿Qué podría hacer ya?

Mis primaveras se acababan
la noche sombría se colaba por las rendijas de mis ventanas

Creí que no valía nada seguir luchando
por lo que sentía, amaba y deseaba
la madurez llegó a mí sin esperarla

Escuché que llamaban, que golpeaban por última vez
a la puerta de esta humilde casa

Era la luz del sol que alumbraba los rincones de mi mente
que creía aletargada y derrumbada
y su luz me dio un jardín de amapolas blancas

Sus pétalos que caen y hablan
son letras, sílabas y palabras
que vuelan cual golondrinas
colgándose de los balcones de mi casa,
de esta mente que anidaba ansias de saber
en una mujer cansada
haciéndola alegre y llena de esperanzas

Hoy mi casa se llena de luz
y en su puerta ya no hay macetas deshojadas
hay un jazmín que me embriaga
de ideas que vuelan en mi mente
como mariposas blancas







Mi Mar

Mi mar es como una bata de cola abierta al sol
abanico de colores son sus aguas
y en sus volantes las golondrinas se bañan de amor

Mi mar se hace ventana del cielo
donde la luna en las noches consuela sus deseos
donde los astros guardan su corazón

Mi mar es como un campo en primavera
donde los girasoles pintan su color
y la lluvia lo serena









Mientras el viento silbe

Mientras el viento silbe en el mes de abril
y la luna no deje de salir
y las nubes vaguen
por el cielo de otoño gris
te podré abrazar
y sentir

Mientas las estrellas brillen
como faros en las noches
y a los viajeros dé su luz marfil
te podré amar
más que tú me amas a mí

Mientras la tierra dé flores
y yo las pueda cortar
para hacer tu lecho y dormir
te podré besar
como nunca tú me has besado a mí

Mientras el mar dé olas
y en la arena quede su suavidad
su olor de jazmín
sé que de mí no te irás
porque soy parte de ti







Pensé...

Pensé si se podría querer a una estrella
si al cielo podría llegar sin subir
rozarla con los dedos y cubrirla de mí

Pensé si al sol se le podría abrazar
robarle un rayo para ti
acariciar sus cabellos
ya pintados de gris

Pensé si en el mar se podría caminar
si en él se podría plantar un jazmín
o un tulipán cuando llegara abril

Pensé que ya era hora de querer
que el amor tenía que acordarse de mí
y mira
de una estrella me vine a enamorar
sin pensar que el cielo está lejos
y cuesta llegar.




La primavera en los inviernos

Ella salió una noche para mí
envuelta en una nube
es dulce, melosa como la miel
esbelta como un alhelí en un jardín

Sus ojos son brillantes
como rubíes sin pulir

La amo, sé que es parte de mi firmamento
no quiero perderla
ni siquiera compartirla
pues es la primavera en los inviernos
que llegarán pronto a mí.





Mírame cielo

Mírame cielo, soy yo la tierra,
escucha mi dolor que secándome está.

Escucha los gritos de mi corazón
Mírame mis manos vacías
¿Fuiste tú un anochecer
quien me quitó el amor?
¿Dónde lo guardaste?¿En qué rincón
de tu inmensidad que no sé llegar?
Por favor, déjame sentirle,
déjame ser feliz
aunque sea hasta la puesta de sol.

Mira, cielo, soy yo, la tierra
la guardiana de tus velos que a tus pies agoniza,
que llora, que se parte de dolor
por sensaciones que en las estaciones
la lluvia de ti a su paso arrasó
a mares sin orillas
a caminos donde no llega tu sol
¿No ves a tu tierra que sus flores perdió?
Sus ríos cambiaron sus cauces,
no hay en sus riberas pasión.

Cielo, no permitas que yo, tu tierra,
muera sin saber qué es el amor





Mis manos ciegas

Mis manos
ciegas de amor te buscan en la luz del atardecer
que hace palidecer tu rostro el rojizo cielo
En el crepúsculo otoñal de mi vida
mi ser busca tu ser
tras las nubes, mis caricias se pierden
tras el sol naciente, más te amo
Mis manos
ciegas de amor te aguardan en el anochecer
junto a mi soledad
Tras la luz tenue de la vida
ahí estoy yo, esperando
que ilumines mis inviernos grises





Muerte

En la noche se vuelve callada
su voz se esconde tras la rejas
tras las oscuras ventanas,
las gargantas se secan,
el aire las araña

Ella, con capa negra
pasea por los callejones
A la sombra de las lámparas
llama a las puertas
y atrapa a las almas

Todos sumisos se quedan
nadie lucha contra ella

algunos se preguntan ;¿Quién es esa que de las tinieblas llega

y algunos se preguntan:

y su presencia nos quita la calma?

Nunca lleva flores ni luces de velas
sólo sus cadenas que atan
que a su paso lágrimas crea
y de luto llena las casas

Mi mente, que escucha su llegada
a la puerta de mi casa
le dice con tristeza:
Muerte, ¿qué quieres de mí
si ahora mi vida comenzaba?







Nacen del cielo

¿Por qué las rosas nacen del cielo?
¿Por qué el viento guarda silencio
y las estrellas cerraron sus espejos?

¿Por qué la luna esconde su cara?
¿Por qué los luceros no tienen consuelo
y el sol no luce su traje nuevo?

¿Por qué la tierra clama brotes nuevos?
¿Por qué los árboles duermen, si no es invierno
y las hojas cayeron?

Será porque ya, no te quiero




No es tan difícil

No es tan difícil matar sin manos
destrozar una vida
sin empuñar un arma
sin manchar de rojo agonía

Manos que lucen blanquecinas

Matar con las manos del alma
mientras el corazón te grita
¡No empuñes la espada!

Matar es tan fácil
cuando es de otro la vida
cuando unos ojos no te miran
cuando un aliento en voz baja
no escuchas decir:
¿Quién eres tú
para arrancar mi vida?







No sé cómo

No sé cómo pude dormir
entre las hojas doradas
del camino de mi vida
sin ver esos rayos de sol
sin notar su calor

No sé cómo pude dejar mi cuerpo
sin emociones
cual flor deshojada morir

Dejar pasar los días sin querer sentir,
el viento despojó a mi mente
y sus ropajes, aún de juventud
quedaron en las ramas
de los árboles de mi caminar

Las estaciones me cubrieron de soledades
y la luz de mi estrella
se perdió entre los ramos de nubes

El viento del invierno
movió mi lecho de hojas doradas
y el olor a las nieves de esta vida que pasa
me han hecho despertar de mi letargo

Y veo que entre mi pecho
los rayos viejos del sol
han construido un nuevo camino
donde mi vivir
es algo más que un sobrevivir



No sé

No sé si es tarde ya para buscarle
No sé si se fue él
o yo le eché

Desapareció
y todo languideció

Mis noches sin él son frías

Mis días, de soledades se colman

Quizás no esté segura, no lo sé
ya ni se acordará de mí

O puede que siga en mí ser

No sé si es tarde ya
Si él querría volver
a llenar mi vacío

A veces escucho su murmullo
entra de puntillas en mí
pero sólo es un instante

Se marcha y no se qué hacer
no sé como retenerle
no sé donde puedo ir a buscarle

Lloro por él
pero él no me escucha
y se desvanece en las sombras

Le echo de menos en mi vida
pero quizás sea mejor así
dejar dormir el amor en mí







Noche

Sedosa cae sobre nosotros,
sus cabellos crepusculares nos cubren,
suaves melenas nos rozan en los atardeceres,
con pupilas centelleantes nos llama
enredándonos en las sombras cada dormir del sol.

Ella, armoniosa y paciente
nos invita a deslizarnos sobre nuestras sábanas
Nuestro cuerpo se abandona en sus filos,
fuego y pasión se desatan.

Suave y bella se pasea por nuestras vidas.

Noctámbula, invisible, espera nuestro rendir al sol
para recoger nuestros momentos perdidos
y transformarlos sobre su alfombra en sueños
que aún, después de cerrar nuestros párpados a la luz
quedan prendidos en nuestras mentes como luciérnagas
sobre un cielo que se despide rojizo al día.

Suave y sedosa llega ella
para esparcir sus cabellos mientras dormimos
en este mundo que se rinde
a tan silenciosa belleza







Para vivir

Para vivir hay que tener un cielo
blanco de marfil
luna menguante vestida de gris
y las nubes de cachemir

Y en la tierra tener
un gran jardín
vestido de la flor de lis
que huela a jazmín

Y un mar
en el fondo de ti
con olas de licor
y arenas de sabor anís

Para saber vivir
usa el corazón
que late en ti







Partido en dos

Mi corazón está partido en dos
una parte, esparce su sangre por los rincones de mí
la hace fluir por mis arterias
su calor me hace ver que estoy viva
se duerme y despierta
me da su oxígeno
late deprisa si algún órgano de mí se altera
me avisa de que la tristeza se acerca.

La otra parte de mi corazón
está entre las colinas de mi existencia
me hace soñar,
pensar que la juventud nunca se marcha, que es eterna
Es como una flor abierta
como una rosa de cinco estrellas
sedosa y tierna
delicada para las manos de quien la estrecha

Él me hace amar, desear
ser volcán, calentar
las cenizas de otras hogueras





Paz en mí

Hoy me ahogo dentro de mí,
me duele el pecho
y las lágrimas no quieren salir a caminar sobre mi tez.
Mi vaso de sentimientos rebosa, se vacía
la noche se posa como una mota
y en mis ojos no hay aún lágrimas.
Se esparce en la mesa de mi corazón
la pena, la impotencia.
Llega el alba y aun no sé
cómo recoger lo que queda
que se desliza por mi cuerpo
que mortifica mi mente
que martillea mis sentidos
hasta desear desaparecer.
Quiero rajar mis vestidos
y mostrar al cielo que le fui fiel
que quise mantener mi fe entera
que sobreviviera a este mundo que nos rodea
que nos humilla cruelmente,
pero se hace gigante y no puedo luchar con él .
Mis manos son pequeñas y no lo abarca,
esta noche me persiguen las sombras
y tiemblo de miedo.
No sé qué hacer
soy cobarde
y no sé dónde esconderme
¿Por qué es tan difícil estar en él
cuando sólo es un paso a la felicidad ?
Quiero lágrimas en mi rostro,
que se hinchen mis párpados,
que la luz no llegue a esta alma atravesada
¿ Por qué mi dolor no se lo lleva el viento
a sus pañuelos dorados
para sentir paz en mí?







Pedí tiempo

Pedí a Dios un instante de su tiempo
un trozo de la suavidad de su aurora
y te trajo hasta mí

La melodía de tus violines abrió el arca de mi vida
Y encontraste en mis ruinas
que entre pétalos se escondía
la llave del jardín de mis alegrías

Pedí a Dios un instante de su tiempo
Y te trajo hasta mí







Pétalos caen del cielo

Pétalos caen del cielo,
las estrellas han hecho una fiesta,
los luceros cantan,
la luna pone sus telas.

Las campanillas suenan,
las nieves se condensan,
la lluvia se hace de pluma,
las arpas suenan.

Llora un niño,
el viento lo consuela,
lo abriga una mula,
lo calienta una hoguera,

Nació en un pesebre
lleno de ovejas,
le regalaron oro, incienso y mirra
en cofres de madera.

Canta la luna, bailan las estrellas,
el sol no se acuesta,
en la tierra esa noche,
todos lo esperan.

Le llamaron Mesías en el Cielo
Jesús en la tierra.





Qué de gotas de rocío

Qué de gotas de rocío

se me acumularon
en este espacio de mi soledad.
Qué de gotas brotadas
como hojas de un árbol
como hojas caídas de una flor
al suelo de la vida,
mojando la tierra de mi alma,
abrazándola con sus afluentes ajenos
para que no se secara.
Han resbalado por mí y han grabado
el dolor de la ausencia de un amor,
de una pasión sin vivir.
Esas gotas de rocío las hice prisioneras,
las amarré con el lazo del existir
en esta primavera donde vivo eternamente





Qué haría yo

¿Qué haría yo sin mis alas de golondrina?
Morir de amor en una esquina
de desilusión herida …

¿Qué haría yo sin mi luna?
Esperar que el día se haga flor,
que el amor en ella se pose
y la inunde de pasión

¿Qué haría yo en esta vida
si no puedo encontrarte a ti?
Morir , soñar , yacer
o mis sentimientos destruir

¿Me convertiría en pétalos y moriría en un jardín
o me quedaría en una tierra donde no sería feliz?

¿Que haría yo sin mis alas en las noches de abril?

Ya no sería una golondrina con ganas de vivir
En los violines del amor
quedarían los besos que no di.





Qué tenebrosa

Qué tenebrosa vemos a la muerte
con sus manos frías
cuando es ella la que
nos conduce a la vida

Qué tenebrosas sus alas oscuras.
ellas nos encaminan
a la luz, a la eternidad de los días

Qué tenebrosa vemos a la muerte
cuando se acerca sosegada …

y nos marca la despedida







Quiero a tus vientos

Quiero a tus vientos
quiero su aroma
su fuerza en mis noches
en mis auroras

Quiero tu tierra
de tus árboles, sus sombras
de tus ríos, las aguas
que en mis ojos se desbordan

Quiero creer
que me quieres,
que me amas,
que me das lo que tienes,
que no son tus sobras

Quiero de tu cielo
la luz del alba,
la blancura de la luna,
las estrellas
que saltan en su sombras

Quiero que dores mi piel
cuando la juventud se evapora

Y de tus labios
quiero
besos como amapolas
caricias de sol
y en mis oídos
murmullos de caracolas





Sábanas

Me senté en el borde de mi cama
Alguien golpeaba con sus manos mi ventana,
al abrirla me encontré con la luna,
su luz iluminaba mi alma.

¿Que quieres luna?
le dije con voz adormilada.
No estés celosa, es tarde,
ve y descansa.
¿No ves que las flores del amor
aún están sobre mi almohada?

Mi lecho ardía de la noche que acababa
Con las manos cubrí mi rostro
que lloraba.

El sol ya lucía y el día comenzaba,
entre sus rayos, mis sueños se alejaban
sus caricias, ya no estaban.

Y al sol que calentaba mis ventanas
¿Que quieres? dije entre lágrimas claras
¿No ves que el amor me dejó descalza?
Quiero que la noche llegue
y en sus sombras, la luna me traiga
sábanas de amores coloreadas




¿Sabéis amigos?

¿Por qué las campanas hoy no dejan de tocar?
¿Por qué el río cantó a la madrugada
y nieva donde el sol no deja de brillar?

¿Sabéis amigos que ha sucedido verdad
que entre las flores de azahar
en Andalucía se han vueltos a juntar
gente de diferente ciudad?

Esta vez no fue Córdoba
fue Sevilla capital la que abrió sus puertas
y nos hizo reposar
junto a los pies de su iluminada catedral

En una gran mesas con olor a navidad
entre las burbujas del champán
brindamos por la lealtad

Para que nuestros corazones
fueran lámparas para a otros iluminar
Y en este duro caminar
nadie sea mejor ni peor, todos seamos igual
Crónhicos con ganas de volar
de compartir vivencias
y no dejar de soñar, de ayudar
a los que por primera vez conocen este mal
y a los veteranos que a veces hartos están.
Ya veis amigos, qué genial
fue recibir el día 11 por anticipado
en Sevilla, la Navidad

SEVIILLA DICIEMBRE 2004







Se me evapora el tiempo

Se me evapora el tiempo como gota de rocío
la vida por mis manos se desliza suave,
sin hacer ruido.

Por mi piel ella hace un camino
que me va cambiando


que me aleja sin yo querer de ti


hasta hacerme diferente,
un extraño en mi cuerpo

Pero mis ojos siguen siendo esos que tú conoces,
llenos de sensaciones
Aún se refugian en los tuyos
y silenciosos te siguen,
destellantes agonizan
pero aún se asoman al duro hoy.

Mi mirada aún con ganas de vivir
se va silenciando y durmiendo
y no puedo hacer nada,
sólo quiero un poco de tiempo
y un poco de ti.

Un grito sale de mí al verte
¡Ayudadme que me aterra
el no despertar mañana!
El sol se apaga en mis ojos
y la luna ya no está clara

¡Arrancadme este hierro
que atraviesa mi calma!

Sé que se evapora deprisa
el sudor de mis sábanas.
Mi vida a tiras se arrastra por las sombras
del espejo de mi alma.
En mis manos ya no queda nada,
Vacías, acarician mi carne en llamas,
Mi corazón que aún siente que ama
se despide mi cuerpo
antes de marchitarse
en el balcón de esta juventud.
Mientras
espero en mi ventana
que el rocío marque el camino
a esta vida que se me apaga









Se me ilumina

Se me ilumina la cara, me palpita el corazón
y una risa brota de mis labios cuando pienso en ti,
cuando te veo.
Mi alma se vuelve brisa y sale a tu encuentro
en estas líneas que nos separan y nos unen a la vez

Ahora estamos sentados
yo en mi campo y tú en tu mar.
Y lees el perfume que salta de mí

La noche nos trae los susurros de nuestras voces,
de los quejidos de nuestra pasión
sin salir de nuestros cuerpos
que agonizan y mueren a solas.

No te puedo ver, ni rozar, pero sé que existes
que una parte de ti será siempre mía
Hay algo que salta de esa línea y te trae hasta aquí:
son las alas de mi mente
llenas de confusión y amor a la vez

Y te veo en las líneas que el tiempo marca
en la palma de mi mano,
esas que dicen el camino
que el destino me dará algún día.
Quizás fui ingenua
porque ¿sabes? el amor es traicionero

Te veo sentado esperándome,
tus manos tiemblan
y me veo a mí correr por las orillas de ti.
Al abrazarte, sentirme te da miedo y me rechazas
y sé que tus ojos reflejan tristeza
aunque no los vea.

No me dejas entrar en esa parte de ti
que hace más oscura tu vida
que se cree engañada

Cada vez que te pido un beso o te muestro mi cariño
echas sobre mí las cortinas de la lejanía y desapareces
Acercarme a ti ¡es tan difícil!

Me dejas esperando el nuevo día
¿sabes? las horas se hacen eternas
sin saber qué piensas, qué haces.
Saltan de mí lágrimas
que se evaporan en los sueños, en tus recuerdos.

La primavera entre los dos está desapareciendo
las nubes tapan nuestro sol
porque tú dudas que te amo.

Mira tus manos,
en ellas está el ayer aún latente
y te aterra.

Cada amanecer te haces mas frío y distante,
tu corazón no sabe perdonar,
me pierdes y no sabes qué hacer
porque para ti hay cosas más importantes que el amor.

Yo sé que eres un mar bravío
difícil de surcar
Tu oleaje salta y me cubre
los afluentes que de mi tierra salen son vigorosos
pero no lo suficiente para atravesar tus arrecifes.
Y me daña el verte ir

Quiero ser parte de tus aguas
pero no me lo permites.
Y en tu orilla me pierdo
en ellas me cuesta dejar marcado mi amor.

Mis manos no encuentran ya las tuyas
y cada vez soy más sombra para ti.
Mis besos son brotes de flores llenas
que se marchitan con la sales de tus aguas
que tú endureces para mí.
Y sus pétalos caen y se pierden
en las noches que estás y ya no eres tú.







Sé que te digo

Sé que te digo poco lo que te quiero
Sé que mis labios a veces rozan poco tus labios secos
A veces, quisiera darte el firmamento
con tan solo mi pensamiento.
Pero pienso que es poco… y me quedo en silencio.

Sé que te digo poco lo que por ti siento
Pero sé que en mi corazón te llevo
y en mi alma, como pétalos, están tus besos.

Sé que no sé decir te quiero
con suavidad, con dulzura
Pero sé que te doy el amor
que nace en este río de mi cuerpo
cuando lo tocas,
cuando me acarician tus ojos aunque estés lejos.

Sé amor que hoy te quiero.





Si tú quieres

Déjame caminar junto a ti,
acompañarte en este viaje sin puerto, sin orilla
donde el sol se esconde cada vez más pronto
donde las nubes parecen ramos de flores secas.
Deja que mis pies sean peregrinos junto a los tuyos
de esta tierra sin retorno que araña tu vida.
Déjame compartir contigo mis fuerzas
cuando las tuyas estén agotadas.
Cuando te cueste caminar, yo seré el viento que te empuje
mis ojos serán, si tú quieres, las ventanas de los tuyos.
Cuando llores de impotencia, mi amor te rozará y olvidarás tu sufrimiento.
Quiero ser el agua que aliviará tu sed en esos días que han de llegar de sequía
Seré, si tú quieres, el fuego que te caliente
en las noches que no encuentres refugio al vacío que el dolor te hizo.
Si tú quieres, mi cuerpo será el escudo de esta guerra que ya no es sólo tuya,
lucharemos día tras día juntos hasta vencer
y en la oscuridad de la noche, en las penumbras de nuestra habitación,
cerremos los ojos sin mirar hacia atrás y caminemos por el sendero de nuestra piel. ¡Amémonos cada minuto!, aclamarán nuestros corazones como si fuera el último.
Entra en mi jardín y corta para ti la flor de la vida,
corona mi existir de tu aroma cada noche
y al despedirnos de este día que consume el ayer y quizás no deje entrar el mañana unamos nuestras manos y escuchemos el latir de nuestros corazones que quieren compartir la victoria del existir que está por llegar.



Soy

Soy el espíritu de la libertad
que prendido en tu pelo vuela
por el sendero de los amores
que duermen en silencio,
que nunca saldrán al aire
pues son amores eternos

Amores de firmamentos
que se miran desde lejos
que no se entiende cómo
pero sin tierra prendieron.

Soy el espíritu de la juventud
que duerme en tu cielo
que navega en el mar de tus luceros,
su luz son las farolas de tus noches
que nunca caerán a la tierra
pues la luna los custodia
y duerme entre velos.

Soy la sombra de tus cimientos
que cubre el sol
que quema tus “te quiero”
Tus piedras son mi lecho
me duele y me calma
cuando callas
y tu mirada no me da consuelo
¿Soy alguien al que has amado
o sólo sensaciones de unos sueños?








Te esperé

Te esperé durantes años, amor
que volvieras de tu batalla
de las guerras de la vida.
Mis aguas estuvieron en un letargo
y hoy el cielo me ha llamado
y mi alma de mujer salió de las profundidades.
Paseé por la orilla buscándote
y vi tu espada que a mis aguas plateaba.
Te llamé y no me respondiste, amor
Volé por las sendas del abismo,
día tras día, te esperé sentada en la roca de mí
y no me llegaba el olor a la vida.
¿Quién te arrastro hoy hasta aquí
como una sombra que el tiempo marchita
que no escuché tu morir en mi interior?
¿Quién te robó el aliento que mojaban mis labios?
Mis alas hoy cubren tu frialdad,
tus ojos vacíos se clavan en mi mirada,
mis manos ya no sienten
el latir del jazmín de tu pecho
y mi alma herida se resiste
a que mis aguas sean las que te den el último adiós.







¿Te has fijado alguna vez?

¿Te has fijado alguna vez en el silencio de la noche
en el cielo?

Es tan sedoso y tierno…
cambia según llegan las nubes
de gris, a bronce viejo

Dicen los que miran sus senderos
que a veces arde
que parece que sus ojos son de fuego

¿Has mirado alguna vez las estrellas
que cuelgan como diamantes en su cuerpo?

Son almas errantes de viajeros
que se perdieron en el horizonte de sus velos

Ellas forman su ejército

Lo defienden contra las sombras que rompen su silencio
Lo protegen contra el viento que le arrastra
sin él quererlo.

¿Te has fijado qué bello es el cielo?
Cada día se ilumina de colores, que nacen nuevos.









Tengo miedo de lo que sueño

Tengo miedo de lo que sueño,
de esos recuerdos que me hacen ser eterna,
inmortal en el amor.
Sueños donde las caretas se caen,
donde la blancura del alma sale
y mi cuerpo ya no es una figura.
Vuelo libre alrededor de ese girasol
que cada día sale en nuestro cielo.
Tengo miedo a que esta rosa
que hay en mi pecho latente
se deshoje antes de brotar,
que sus cinco pétalos de amor
no salgan al sol de la vida
y se ahogue en su propia fertilidad.
Me da tanto miedo
que mis huesos se deshagan en sus espinas,
que en el refugio de un vientre se duerma
y no la den a luz.
Sé que mi carne arderá si la toca,
que mi vida se pude quemar.
Me da miedo no poder atar los sentimientos,
que estos recuerdos me hagan pecar.
Pero, guardo cada pétalo de esas rosas
que el viento me trajo con sus besos.
Sin poder gritar te amo
es como morir en el desierto
o que te quiten el aire.
Es una cobardía huir, lo sé,
secar mi amor.
No enfrentarme a mí misma
me hace culpable de mi dolor
e inocente de mi pecado,
porque nunca sabré qué se siente
entre los pétalos que se deshojan de ti.




En la distancia

En la distancia,
en el tiempo donde las almas se separan
y a la vez se esperan,
en ese silencio súbito que se hace tristeza
allí, mi amor, estaré yo buscándote.

En este cielo que me cubre
con su velo, con su manto,
a veces, iluminado de tus risas,
de los recuerdos de tus caricias
yo te esperaré siempre.

En esta nostalgia
que dentro de mí me araña
que me hace enloquecer
lloro, grito y nadie me consuela.

Pienso entre estas tinieblas que me atrapan
¿cuándo llegarás a mi lado?
¿cuándo será tu hora?

Ni el infierno con sus llamas
que arrasan mis entrañas,
ni el abismo con su silencio
que mis sentidos aletarga,
podrán borrar estas noche de espera,
de ilusiones mundanas,
que aún corre por mi alma,
que cuelgan en mí como luceros llenos,
que me iluminan como antorchas en llamas.

Sobre mi pecho muerto
flores yacen y verdes malvas,
sus blancas capas cubren mi nombre
viento y escarcha me atan.

En la distancia en el tiempo
donde el cielo oscurece sus ojos,
allí estaré yo para recogerte
cuando tú me llames,
cuando grites mi nombre,
cuando suspires por mí.

Mis manos pararán el tiempo
y seremos en ese momento
espíritus sin cielo.

Mis alas de mariposas
caerán en tu lecho
y rozarán tu alma
que ya sólo será viento sereno.

Y te elevará a la eternidad

en un silencioso duelo.

Y seremos dos seres que murieron

en la distancia

y a diferente tiempo
que el amor unió
con sus lazos de lirios nuevos


y los hizo blancos lienzos en el firmamento
pintando sobre ellos besos llenos.

En la distancia, en el tiempo
estará mi alma siempre entre nubes de ébano,.
y entre flores blancas, en la tierra, mi cuerpo.

Esperando en la eternidad estaré,
mi amor, que sea tu tiempo







Un destino

Una flor para un destino
un pétalo para una canción
un sol para una ventana
un latir para un corazón.

Una caricia para unas manos
un beso para un amor
una sonrisa para un cielo
y un alma para compartir dos.

Un abismo para un tiempo
un jardín para un sembrador
un balcón para un te quiero
y para dos, una sabana de almidón.

Unos pies para un camino
un árbol para no tener calor
un mar de aguas turbulento
una orilla sin arena y sol.

Cruzando en un barco la vida
vagan dos.







Vuelvo a leer

Me consuela tu escritura
en las noches que estoy a solas,
más, cuando llega el día
las vuelvo a leer a solas y a escondidas,
y veo que en cada línea
hay algo que sólo se yo ver:
son tus heridas, tus soledades dormidas
y un espíritu de lilas
que espera volar
entre las nieblas de mi vida.

Sólo hay una barca que me lleve a tu isla
sólo un timón que me haga llegar
sólo una estrella para guiarme
sólo un mar para navegar
y tan solo hay un cielo para poder reflejar
el rumbo a la libertad.


Carmen Bruzon Molina - Enero 2006