PLANTAS MEDICINALES
El Hinojo
HINOJO: (Foeniculum vulgare Miller)
Nombres:
- Castellano: hinojo, hierba santa.
- Portugués y gallego: funcho, fiolho, fiuncho, fionllo.
- Catalán: fenoll, fonoll.
- Vasco: mieloi, mielu. mieru, mirillu, mirillu-belarr, millu, miro, miru-belarr, mihuli, molu, mullu, mehla, pukulli, pukullu, puhuillu, berbeña, berbeiña, anis-bedarr ("hierba de anís"), xarpot, xarpotx, anado.
- Italiano: finnocchio.
- Francés: fenouil commun.
- Inglés: fennel.
- Alemán: fenchel.
Descripción:
No han de ser las tierras donde medra de muy buena calidad para que el hinojo alcance la altura de un hombre, y aun la rebase en las pingües.Echa un rosetón de grandes hojas divididas y subdivididas en lacinias muy angostas, a veces, tan largas y finas, que recuerdan los cabellos (variedad capillaceum), y en otros casos cortas y rígidas. Del centro del rosetón arranca el prolongado vástago, con el tallo grueso como el dedo índice, la corteza, verde, marcada de líneas más claras, y en el centro una ancha medula.
El tallo lleva también hojas muy divididas, de rabillo dilatado en la base en una amplia vaina, la cual, en las hojas superiores, constituye la mayor parte de la hoja.
Las umbelas tienen de doce a treinta radios de longitud desigual y sin gorguera o involucro, lo mismo que las umbélulas las flores son amarillas, y el fruto tiene unos 4 mm. de largo, y es más largo que ancho, poco comprimido, con cinco filetes realzados en cada medio fruto. Huele agradablemente a anís.
Florece:
De junio en adelante, y madura sus frutos hacia fines del verano y en otoño.Se cría:
En los ribazos, eriales y barbechos de tierra baja, en toda la Península e islas Baleares y Pitiusas.Composición:
Los frutos, según las variedades y procedencias, contienen del 2 al 6 % de esencia de hinojo, y hasta el 12% de aceite que se localiza en la semilla.La esencia de hinojo es incolora o ligeramente amarilla, de sabor dulce, que después amarga un poco. El principal de sus componentes es el anetol (hasta el 60 %), el mismo de la esencia de anís, así como ácido anísico, aldehído anísico y quetona anísica, anol-p-propenilfenol, metilcavicol, d-fenchona (hasta el 20%), de sabor amargo y olor canforáceo, etc.
Virtudes:
La más importante es la carminativa, según reza el proverbio clásico de la Escuela de Salerno:
Semen foeniculi pellit spiracula culi.
Le siguen la diurética y aperitiva, en general substituye sin inconvenientes el fruto de anís. Pero se dice de acción más duradera que la de éste. Excita la secreción láctea de las mujeres que crían. Según Leclerc, se prescribirá de preferencia a las demás umbeliferas aromáticas siempre que se trate de elevar el tono del estómago y de los intestinos y asociado con los laxantes, evitará la atonía intestinal que pueda resultar del uso de éstos. Se preconiza, sobre todo, contra las diarreas fétidas, con flatulencias abundantes.Los frutos, tomados en cantidad excesiva, pueden provocar el menstruo.
Es tanta la fama de que viene precedido desde siglos, contra las inflamaciones de los ojos, que puede asociarse al ácido bórico en los colirios destinados a bañarse o lavarse los ojos; por lo menos, dice Siegert ("Med. Welt", número 22, 1942), como fármaco que obraría por sugestión.
Como digestiva carminativa se prescribe la infusión de hinojo; se pone a calentar una taza de agua y cuando arranca a hervir se echa una cucharadita de frutos previamente machacados en un mortero. Se toma una taza después de comer y de cenar, con azúcar o sin él.
Como diurética se emplea más comúnmente la raíz, y se recomienda utilizarla fresca y en infusión. Con 1 onza de esta raíz se puede preparar 0,5 L.; y se toma 1 taza después de cada comida.
Con mayor frecuencia se usa el jarabe de las cinco raíces, que son las de hinojo, apio y perejil, es decir, tres umbelíferas; más la de esparraguera y el rizoma de rusco. Se cortan menuditas y se mezclan, a partes iguales, en peso. El jarabe puede prepararse con 1 onza de las mismas, que se echa en un cuarto de litro de agua hirviendo, se tapa el recipiente y se deja en maceración durante veinticuatro horas, pasadas las cuales se cuela. Se añaden 430 gr. de azúcar, se calienta suavemente la mezcla hasta que se disuelva y se cuela de nuevo el jarabe. Se administra a cucharadas soperas, en cantidad de cinco o seis al día, mezcladas en un poco de agua.
Para favorecer la secreción de la leche puede mezclarse el fruto de hinojo con galega y tomarlo en infusión. La dosis conveniente es la de 1 cucharadita de café, dos veces al día, con galega y tomarlo en infusión.
Los cogollitos de hinojo, tiernos, constituyen una excelente verdura para ensaladillas; a menudo se mezclan con teraxacón, berros, etc.
Los frutos entran en diversos licores; y destilados con alcohol dan el fenouillette, un aguardiente parecido al anisete.
Historia:
El hinojo ya fue utilizado por los antiguos egipcios, y los farmacólogos de la Antigüedad clásica conocieron la especie y trataron de sus virtudes: Dioscórides en el Libro III, capítulo 77.Laguna hace los siguientes comentarios:
" Es planta vulgar y muy conocida el hinojo, y hállase hortense y salvaje. Hácese, el hortense, del salvaje cultivado y regalado en los huertos. Entre el hinojo hortense hay uno dulce en extremo que comemos ordinariamente a la fin de los pastos en Roma; el cual nace de la simiente del rústico metida dentro de un higo seco y ansí sembrada...Nobilitan el hinojo cada año (como se vee) las serpientes. Porque en gustándole por la primavera se despojan de su antiguo y enojoso pellejo, renovándose con otro muy delicado y lucio, con el cual también cobran juntamente nuevo vigor en la vista de do consta que el hinojo es solemne medicina para los ojos...
Echábase ordinariamente el hinojo, en tiempo de Galeno, en adobo, como se acostumbra echarse aún hoy día por toda Francia e Italia. Su zumo, instilado en los ojos, clarifica la vista, y en los oídos, mata los gusanos que allí se engendran.
La variedad de hinojo de que nos habla Laguna (la variedad dulce) es notablemente aromática, muy agradable al paladar, y suele tener los frutos más grandes que los del hinojo corriente.
Durante el Medievo, este simple no sólo conservó, sino que acrecentó su fama; y consta que, desde tierras mediterráneas, los monjes benedictinos lo llevaron a la Europa Central. Las virtudes que se le atribuyeron fueron innumerables.
Más tarde, los españoles lo cultivaron en Ultramar; y todavía hoy, asilvestrado en las Pampas argentinas, goza de gran estima entre las gentes campesinas, sobre todo para remediar las enfermedades de los ojos. A este respecto, acá y allá, la veneración es tanta, que, a veces, las madres mascan hinojo y echan su aliento a los ojos de sus hijitos, en la creencia de que, con esta práctica, les preservan de contraer oftalmías.
ACCU ACTUAL Nro.10
Asturias - Agosto 1997
Nota:
Si precisáis alguna aclaración sobre algún tipo de las plantas que periódicamente iremos describiendo, escribid solicitando la misma a: ACCU ASTURIAS - Apartado de Correos 309 - 33280 de GIJON "Ref : PLANTAS MEDICINALES".