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C. Simón. 10 de septiembre de 2003  

POSIBILIDADES TERAPEUTICAS DE UNA REVOLUCION BIOLOGICA

La regeneración tisular podrá ser posible con células madre adultas
Las evidencias de numerosos trabajos muestran el papel de las células madre adultas en la regeneración tisular. Los ensayos en cultivos de laboratorio y en modelos de experimentación murino, junto a algunas experiencias en humanos, no dejan de avalar que las células madre adultas de la médula ósea o de la sangre periférica son capaces de transformarse en otras líneas celulares siempre y cuando concurran una serie de características. The New England Journal of Medicine publica una revisión de los últimos avances en la materia.


Y más...
- Consulte el abstract del estudio en N Engl J Med 2003; 349: 570-580
- Las 'stem' de la MO al implantarse en el cerebro desarrollan neuronas


Enlaces de Interés
- Universidad de Texas
- Nature Medicine
- Hepatology
- Instituto Karolinska, Estocolmo. Suecia.
- Neuron

Las células madre adultas son intrínsecas a varios tejidos. Son capaces de mantener, generar y reemplazar las células diferenciadas en su propio tejido como consecuencia de la renovación fisiológica del tejido dañado como consecuencia de una agresión. Las células madre hematopoyéticas que hacen que crezcan las células sanguíneas y se mueven entre las de la médula ósea y las de la sangre periférica son las mejores caracterizadas en el hombre. Martin Körbling y Zeev Estrov, del Departamento de Trasplante de Médula Osea y Hematología de la Universidad de Texas, hacen una revisión en The New England Journal of Medicine sobre el nuevo concepto terapéutico de reparación tisular mediante el empleo de células madre adultas.

Los datos de diferentes trabajos sugieren que las células madre adultas generan células diferenciadas más allá de los límites del propio tejido en el que se encuentran, en un proceso conocido como plasticidad del desarrollo. Los autores del informe se centran en modelos in vivo de células madre adultas derivadas de la médula ósea y la sangre periférica y sus potenciales aplicaciones terapéuticas.

Las células madre se definen como células con capacidad clonogénica y de propia renovación y que se pueden diferenciar en múltiples líneas celulares. Sin embargo, las embrionarias se derivan de los embriones de los mamíferos en la fase de blastocisto y tienen la capacidad de generar cualquier célula diferenciada terminada. Las células madre adultas son parte de las células específicas de los tejidos de los organismos postnatales que están comprometidas a diferenciarse.


Proceso

Reparación tisular Después de un daño tisular, las células madre se encargan de reemplazar a las células necróticas como primera medida de defensa y de restauración del tejido alterado. Si el grupo de células madre endógenas se encuentra fuera dejuego, las células madre exógenas circulantes están preparadas para reponer ese grupo celular y participar en la reparación de los tejidos. Por eso, las células madre circulantes pueden servir como sistema de rescate de apoyo para restablecerlas células alteradasdespués de que seproduzca una lesión.

Los mecanismos moleculares de las líneas celulares se cambian con el sistema hematopoyético y se han estudiado con detenimiento, pero no se conocen los mecanismos que determinan dicha transición en las células madre adultas. Los resultados de los estudios sobre la plasticidad de las células madre, que contradicen la creencia que se tenía de que sólo se podían regenerar en las células del tejido del órgano donde estaban localizadas, se encuentran en el centro del debate.

Para demostrar que las células derivadas de la médula ósea y de la sangre periférica, incluidas las células madre hematopoyéticas, se transforman realmente en células específicas de órganos sólidos deben darse una serie de condiciones.

Primero, se debe documentar mediante marcaje de células las exógenas que se integran en el órgano sólido que se estudia. Dichas células deben ser procesadas con un mínimo de manipulación ex vivo, que les hace más susceptibles para las líneas celulares cruzadas. Como segundo punto, se debe demostrar que las células exógenas se integran morfológicamente como parte del nuevo tejido, y en tercer lugar, y lo más importante, las células transformadas deben demostrar que han adquirido la función del órgano donde se han integrado y expresar las proteínas específicas de su nueva localización.

Los autores de la revisión recuerdan que las observaciones de los estudios clínicos deberían interpretarse con cautela. La capacidad de las células progenitoras humanas derivadas de médula ósea para generar tejido no linfohematopoyético se ha estudiado en trasplantes alogénicos del mismo sexo.

Quimerismo
El primer trabajo en este sentido fue el de Horwitz (Nature Medicine 1999; 5: 309-313), en el que se apuntaba que las células madre derivadas de la médula ósea eran capaces de mejorar la osteogénesis en los niños en que este proceso era imperfecto. Después, el grupo de Neil Tehise, de la Universidad de Nueva York, publicó un estudio en el que se constató la presencia de células donante positivas para el cromosoma Y en tejido hepático después del trasplante de médula ósea de mujer a hombre o del trasplante de hígado de donante femenina a receptor masculino (Hepatology 2000; 32: 11-16).

En otro trabajo de trasplante hepático, publicado en la misma revista, Kleeberger confirmó el quimerismo de las células genotípicas que habían sido microanalizadas con láser e inmunoetiquetadas con citoqueratina. Mezel trasladó estos resultados a modelo murino y comprobó que las células neuronales derivadas de donante que contenía el cromosoma Y estaban presentes en el córtex cerebral y en el hipocampo de receptores del trasplante de médula ósea (ver DM del 1-XII-2000).

Diversos grupos internacionales están trabajando en el quimerismo que se establece después de un trasplante, pero la interpretación de los datos no debe ignorar las condiciones técnicas en las que se han llevado a cabo. El núcleo positivo del cromosoma Y debe identificarse inequívocamente como perteneciente a células específicas de órganos sólidos no linfohematopoyéticos integrados en un órgano de receptor femenino, con el objetivo de descartar la posibilidad de que las células inflamatorias del donante, como los linfocitos infiltrantes o macrófagos, no se identifiquen de forma equivocada como células específicas de órgano sólido.

No obstante, se ha cuestionado la validez de la plasticidad de las células madre para regenerar el tejido no linfoproliferativo. Dos estudios in vivo en ratones con enfermedad hepática metabólica fatal han proporcionado la evidencia necesaria que justifica que las células de médula ósea de donantes generan hepatocitos sanos por la formación de células híbridas que contienen tanto genes del donante como del receptor. La mayor parte de las células fusionadas contienen ADN hexaploide o tetraploide. En contraste, el análisis citogenético de las células derivadas de médula ósea específicas de los órganos sólidos en estudios de trasplantes alogénicos preclínicos muestran un cariotipo diploide.

Análisis genético
DATOS CONSTATADOS
Células madre adultas y su dirección
primaria de diferenciación.



Tipo de célula

Localización específica del tejido
Células o tejidos
producidos
Células madre
hematopoyéticas
Médula ósea,
sangre periférica
Médula ósea y
células
linfopoyéticas
sanguíneas
Células madre
mesenquimales
Médula ósea,
sangre periférica
Hueso, cartílago,
tendón, tejido
adiposo, músculo,
estroma óseo
y células
neuronales
Células madre
neurales
Células ependimales,
astrocitos
(zona subventricular)
o del SNC
Neuronas,
astrocitos y
oligodendrocitos
Células madre
hepáticas
Terminales ductules
del oído interno
(canales de Hering)
Células ovales
que generan
hepatocitos y
células ductales
Células madre
pancreáticas
Células intraislotes,
nestin-positivos,
células ovales,
células ductales
Células beta
Células madre
músculo-esqueléticas
o células satélites
Fibras musculares
Fibra músculo
esquelética
Células madre
epiteliales
(queratinocitos)
Zona basal de la
epidermis o
folículos pilosos
Epidermis y
folículos pilosos
Células madre
epiteliales
pulmonares
Células traqueales
y secretoras de la
mucosa, células
bronquiolares y
alveolares de tipo II
neumocíticas
Mucosa y células
ciliadas tipo I y II
y neumocitos
Células madre
del epitelio
intestinal
Células epiteliales
localizadas en la
base cavernosa
Células de Paneth,
enterocitos, células
secretoras de
mucosas y células
enteroendocrinas
de bilis.
Fuente: NEJM.
Numerosos análisis citogenéticos de las muestras de médula ósea de pacientes sometidos a trasplantes alogénicos de células madre han mostrado caracterizaciones euploides, excepto en el tejido enfermo. Es posible que las células híbridas se sometan a una reducción en la división, convirtiendo la célula hiperploide a cariotipo diploide, ocultando la historia de fusión.Así, parece ser que la fusión celular se contabiliza por la presencia de células en el tejido del órgano sólido que muestren que algunas características se puedan ampliar, aunque no sea completamente.

Sin embargo, la fusión se puede considerar como un mecanismo de reparación en proceso por el que la liberación de células sanas y los nuevos genes puedan prevenir la muerte de las células que tengan un defecto genético.

Jonas Frisen, del Instituto Karolinska, en Estocolmo, detalla en sus trabajos cuatro posibles explicaciones sobre cómo las células madre adultas de la médula ósea o de sangre periférica se diferencian en células de tejido no linfohematopoyéticas (Neuron 2002; 35; 415-418).

Cuatro hipótesisLa primera explicación es que existen diferentes tipos de células madre circulantes y cada una se diferencia en la línea celular de un determinado tejido. La segunda sostiene la idea de que un primigenio equivalente a las células madre embrionarias, localizado en la médula ósea, en la sangre periférica o en ambos, disponible en la vida adulta, hace que crezcan varias líneas de células madre circulantes.

La tercera hipótesis se apoya en la idea de que la diferenciación se preprograma bajo diferentes condiciones, fenómeno conocido como transdiferenciación. Diferentes estudios preclínicos sostienen esta idea. La cuarta teoría se basa en que las células específicas de los órganos sólidos diferenciadas recuperan características similares a las células madre con el objetivo de generar a través de la sangre periférica células diferenciadas de otros tejidos específicos. De hecho, se ha demostrado la diferenciación in vivo de células epidermales en islas de células madre como respuesta a la acción del factor de crecimiento epidérmico recombinante humano.

Körbling y Estrov han recordado que ninguno de los cuatro modelos de diferenciación de las células madre se ha probado que sea el mecanismo que explica definitivamente la plasticidad celular. Pero, en su opinión, los datos preclínicos disponibles indican que cualquier modelo puede ser válido".En cuanto a las posibles aplicaciones clínicas de estos trabajos, los autores de la revisión destacan dos. Una se basa en la identificación y expansión in vitro de células progenitoras adultas que son capaces de generar tejido mesodermal, ectodermal y endodermal. La otra se centra en la capacidad de un grupo de células madre adultas circulantes y sistémicas que, una vez manipuladas, se convierten en un tejido de órgano sólido con capacidad de regeneración.

Los investigadores creen que ahora se está empezando a entender la sangre periférica no sólo como un distribuidor de células progenitoras hematopoyéticas sino como un abastecedor sistémico de células progenitoras que tienen un potencial en la participación de la homeostasis de varios tejidos de órganos sólidos y que son capaces de reparar el tejido no linfoproliferativo.

Flexibilidad
Cada vez existe una mayor evidencia de que el sistema de células madre adultas puede ser más flexible de lo que previamente se había pensado, sobre todo bajo circunstancias de estrés tisular. Como consecuencia de ello, los sistemas celulares específicos de los tejidos pueden considerarse como versátiles y dinámicos, con restricciones específicas de la línea celular.

La constatación de que los tejidos de los órganos sólidos se pueden colonizar con células específicas de esos órganos derivadas de la sangre circulante sugiere que la regeneración y reparación tisular es un proceso accesible si se aprende a dirigir a las células progenitoras de la sangre periférica a las áreas dañadas o al tejido enfermo y se modula su proliferación y maduración una vez que las células han alcanzado los tejidos a los que se deben dirigir.

A pesar de los datos prometedores que muestran la potencial plasticidad de las células madre adultas, quedan por solventar algunos obstáculos, sobre todo los que se centran en la mala interpretación de los datos de los diferentes estudios. Los mecanismos básicos de la diferenciación de las células madre que permiten la formación de tejidos de órganos sólidos aún no se conocen completamente. No obstante, se está llevado a cabo investigación translacional, en la que se incluyen estudios clínicos centrados en posibles estrategias terapéuticas que pueden tener la plasticidad de las células de la médula ósea o de sangre periférica.

Diferentes modelos En el primer modelo, las distintas células madre se diferencian cada una en el tipo de su órgano específico. En el segundo modelo, las células madre somáticas primitivas localizadas en tejido hematopoyético se diferencian en células de varios órganos específicos. En el tercer modelo, las células madre, como las hematopoyéticas, se diferencian en sus vías predeterminadas y generan células de distintos tejidos, en un proceso conocido como transdiferenciación. En el cuarto modelo, las células maduras se diferencian en células con características similares a las células madre y eventualmente se transdiferencian en células diferenciadas en fase terminal en células de su propio tejido o de otro diferente.


(N Engl J Med 2003; 349: 570-580).


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