MUNDOSALUD.COM
13 de Noviembre de 2004, número 594
MEDICINA REGENERATIVA
Del hueso al corazón
JOSÉ LUIS DE LA SERNA
Un porcentaje significativo de aquéllos que padecen un infarto de miocardio tiene como secuela permanente un funcionamiento cardiaco deficiente. A consecuencia de la brusca obstrucción coronaria y de la consiguiente falta mantenida de sangre, el músculo del corazón se necrosa y apenas tiene capacidad para regenerarse. Con el paso del tiempo, las cicatrices de los infartos extensos acaban provocando una insuficiencia cardiaca, patología que ya es una de las peores plagas de salud del mundo desarrollado. La incidencia de enfermedad coronaria y de ataques cardiacos es cada año más alta.
Los cardiólogos creen que las células madre pueden paliar en parte este drama. Si existe un papel clave para la futura medicina regenerativa celular ése será, sin duda, el de intentar ayudar a los enfermos cardiacos. De hecho, los datos presentados en la reunión de la Sociedad Americana del Corazón (AHA, siglas en inglés), celebrada esta misma semana en Nueva Orleans (EEUU), son muy alentadores.Los resultados logrados por varios grupos de científicos europeos (incluido el que dirige el español Francisco Fernández Avilés) para tratar la patología coronaria avanzada con células madre adultas derivadas de la médula ósea de los propios afectados, atestiguan que el procedimiento es factible y seguro y que se consiguen, además, mejorías en algunos de los parámetros hemodinámicos que indican cuál es el estado de la función cardiaca.
Un detalle importante de esta terapia es que todas las investigaciones realizadas en humanos se han llevado a cabo con células madre adultas, obviando así las dificultades logísticas, técnicas y éticas que plantea manipular cualquier material procedente de embriones. Los expertos están convencidos de que la base de la regeneración cardiaca en los próximos años dependerá de las células adultas, las derivadas de la médula ósea, y no de las embrionarias.
El doctor Gerd Meyer, de la Facultad de Medicina de Hannover, en Alemania, fue el primero que hizo un implante de este tipo de células en el corazón. Ahora ha presentado los resultados de un ensayo controlado que empezó hace 16 meses y en el que han participado 60 pacientes que habían padecido un infarto de miocardio severo. El cardiólogo inyectó a 30 de ellos células madre procedentes de su propia médula ósea a través de un catéter colocado en la arteria coronaria. Los restantes pacientes, con características clínicas similares a las del primer grupo, no recibieron el implante y sirvieron como control.
«Lo importante que quiero destacar es que el método es completamente seguro», aseguró a SALUD el doctor Meyer. «No hemos visto muertes, ni deterioro de la función cardiaca en ninguno de los pacientes en los que hemos inyectado las células. Todos han sido seguidos como mínimo durante año y medio. Hemos utilizado resonancia magnética para evaluar el funcionamiento miocárdico, el tamaño del infarto y la evolución de la cicatriz posinfarto y hemos observado una clara mejoría en los enfermos tratados mediante las células madre».
Otros investigadores de Francfort, en Alemania, y de Leicester, en Reino Unido, han logrado resultados similares y también esperanzadores, aunque utilizando distintas técnicas para el implante. En Frankfurt se inyectó directamente el material celular en la arteria coronaria asociada con la zona del corazón dañada, mientras que los británicos realizaron la inoculación en el músculo cardiaco, aprovechando la cirugía de revascularización coronaria (para reparar la obstruccioón circulatoria) a la que sometían a los pacientes.
El doctor Fernández Avilés, del Hospital Clínico de Valladolid, uno de los pioneros de la terapia regenerativa cardiaca, también ha presentado en la AHA los buenos resultados de su procedimiento.
Él y sus colaboradores han tratado con células madre derivadas de la médula ósea a 42 pacientes infartados y han comprobado, al igual que sus colegas europeos, la fiabilidad de la técnica y sus prometedores resultados. Asimismo, se hayan involucrados en un ensayo aleatorio y controlado de mucha mayor envergadura de los realizados hasta la fecha.
El motivo es que los científicos están de acuerdo en que se precisan nuevas investigaciones que incluyan a un número superior de pacientes para certificar el auténtico valor de este procedimiento en la práctica clínica.
La realidad es que ese gran estudio ya se está diseñando en EEUU y estará dirigido por dos grandes investigadores españoles: Valentín Fuster y Bernardo Nadal-Guirart, del Hospital Monte Sinaí y de la Universidad de Nueva York, respectivamente. El proyecto puede ser crucial. «Los avances que estamos obteniendo en resonancia magnética cardiaca molecular nos van a ayudar mucho», reconoció el doctor Fuster. Gracias a esta tecnología de imagen «veremos cómo se acumulan las células en el corazón y las podremos distinguir. Nos ayudará asimismo a identificar qué zonas de este órgano son las más adecuadas para inyectar el material celular», agregó.
Un estado a favor de las células madre
El actual gobernador de California, el actor Arnold Schwarzenegger, sorprendió hace dos semanas al mundo, sobre todo al científico. El anuncio de que en ese estado se van a invertir 3.000 millones de dólares -a un ritmo de 300 millones cada año- para investigar en medicina regenerativa con células madre ha sido inesperado. Nadie hubiera apostado porque una decisión de esa envergadura estuviera avalada por un político tan conservador. Pero la realidad es que gran parte de la comunidad científica está convencida de que esa zona de la costa oeste estadounidense será definitiva para el futuro de la medicina. Expertos de la Universidad de Stanford (EEUU) opinan que un número muy importante de gente de talento, estudiantes y doctores, está pensando ya en hacer las maletas para afincarse a orillas del Pácifico, motivados por la capacidad de financiación que tendrá la medicina regenerativa en California. Reino Unido, Israel, Corea del Sur y Singapur eran hasta ahora los países que potenciaban la investigación con células madre, donde los científicos de este área podían llevar a cabo su trabajo en mejores condiciones. A pesar de que queda, en el mejor de los casos, una década antes de que se utilicen en la clínica humana, muchos fondos de inversión están dispuestos a arriesgar dinero en financiar empresas de biotecnología dedicadas a la medicina regenerativa. Las pocas compañías dedicadas a terapia celular han visto como se disparaban sus acciones tras el anuncio de 'Terminator'.