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Viernes, 19 de Noviembre de 2004
 
Especial Células madre
 
Las restricciones sobre el empleo de células madre procedentes de embriones humanos están obligando a agudizar el ingenio de los investigadores. Un nuevo trabajo revela que es posible obtener células madre a partir del músculo de sujetos adultos. Este tipo de células serían particularmente útiles en el tratamiento de enfermedades neurológicas y musculares.

Las células madre se caracterizan por su capacidad de transformarse en otros tipos celulares más especializados cuando están en el ambiente apropiado. Algo así como un comodín que puede cumplir la función que deseemos en función del grupo de cartas que le rodean.

Como lo bueno no suele abundar, las células madre también se han hecho célebres por su escasez. La fuente principal de estos elementos ha sido hasta ahora el tejido embrionario. Y es precisamente este rasgo el que está marcando en estos momentos el ritmo de la investigación con estas líneas celulares. Los intentos por regular este campo se están dirigiendo a la limitación cada vez mayor del acceso a embriones para estos fines.

Investigadores italianos publican en 'The Lancet' un trabajo que ha demostrado cómo es posible obtener células madre a partir de tejidos distintos al embrionario.

Una laboriosa receta de cocina

Todo comienza con la extracción de fragmentos de músculo de 12 pacientes que se sometieron a cirugía coronaria. Para ello se aprovechó el momento en que quedaba expuesto el músculo del brazo al canalizar las arterias.

Las muestras así obtenidas fueron sometidas a un proceso de digestión para separar las células que, a continuación, fueron sembradas en un medio de cultivo adecuado para su crecimiento. Se trata de añadir el "abono" apropiado para el crecimiento de las células que nosotros deseamos y evitar además la proliferación de las indeseables.

Una vez conseguido el tipo celular adecuado y en cantidad necesaria, algo que requiere varios días, se procede a su separación del resto y a su correcto etiquetado: es decir, se evalúan las características propias de cada célula antes de su utilización. Es un proceso muy parecido al realizado en una cadena de consumo: se separan los productos en función de sus características.

Al final de este laborioso proceso, los investigadores identificaron un tipo celular que cumplía las características requeridas: son las llamadas células satélite, unos elementos presentes en el músculo con capacidad para adquirir la forma y función de neuronas o fibras musculares.

La hora de la prueba

El final de la receta incluye por supuesto su 'cata' y 'consumo'. Se eligieron para ello a ratones a los que se les produjo una lesión medular bajo anestesia. Tras esta intervención quirúrgica que consistió en la extirpación de un pequeño fragmento de médula espinal, los ratones fueron mantenidos con vida el tiempo suficiente como para recibir un trasplante.

Y el material trasplantado fue en este caso un extracto que contenía células madre derivadas del músculo de humanos adultos. Tras la espera adecuada, el implante fue extirpado y sometido a la 'cata' correspondiente.

El estudio microscópico y el análisis más sofisticado de las características funcionales de estas nuevas células evidenció la existencia de algunas de ellas, que se habían organizado en forma de fibras musculares. También se identificaron otras que habían llegado aún más lejos para convertirse en células nerviosas (neuronas).

Justo los dos ingredientes necesarios para poder redondear la receta final que alivie algunos de los problemas que afectan a los enfermos aquejados de problemas neurológicos y musculares. Todo ello partiendo de una materia prima tan accesible como el músculo de sujetos adultos. Eso sí, tras una sofisticada receta culinaria.
 


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